La columna de... Wendy Aguayo

16 de marzo de 2017

La columna de... Wendy Aguayo

Esta semana fue presentado el nuevo modelo educativo que se aplicará a partir del ciclo escolar 2018-2019 en las escuelas de nuestro país, el cual busca que los niños terminen su educación básica y media superior siendo bilingües, con amplios conocimientos de español y matemáticas.

Serán 5 ejes que regirán este cambio: nueva currícula, la escuela al centro, formación de maestros, inclusión de todos los niños y niñas y la articulación de todas las entidades de gobierno. De acuerdo con la SEP los jóvenes terminarán su educación básica siendo bilingües, con habilidades socioemocionales que los enseñen a ser felices, tendrán un amplio dominio del español, disfrutarán las matemáticas, cuidarán su salud y serán buenos ciudadanos. Contempla infraestructura digna, acceso a las tecnologías de la información y la comunicación y conectividad.

Un cambio sí, necesario, pero seguramente no será nada sencillo, empezando por modificar el “chip” de alumnos, maestros y padres de familia. En el tema de infraestructura muchas escuelas en México tienen carencias, falta de mobiliario, servicios básicos y otras ni a energía eléctrica llegan. En teoría todo suena muy bien, pero poniendo los pies en la tierra varios docentes e investigadores han coincidido en que el modelo presentado tiene diseño correcto, con propuestas innovadoras pero es “incumplible” en un contexto tan desigual como el que tenemos en México, tanto, que las metas están pensadas para países de primer mundo.

Con la autonomía curricular tal vez la inequidad pueda ser más obvia, pues no se aclaró cómo las escuelas resolverán las deficiencias, ni las condiciones de los maestros para distribuir sus tiempos de clase, no es lo mismo una primaria urbana que una multigrado.

De manera gradual se comenzará a aplicar este modelo en las escuelas de todo México, falta ver muchas reacciones, pues para que las metas se cumplan no sólo intervienen elementos escolares y las buenas intenciones, sino también factores políticos, como es el caso de la CNTE que hasta al día de hoy el gobierno no ha sabido ponerles un alto; la coordinadora puede aplicar u obstruir la propuesta de la SEP.

 

Lo cierto es que si todos los factores contribuyen se podrán ver avances hasta en 9 o 10 años aproximadamente.

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