"Un CIESAS a ciegas..."

22 de mayo de 2017

"Un CIESAS a ciegas..."

Aún recuerdo cómo el director general del Ciesas, Agustín Escobar Latapí, se llenaba la boca al darle posesión a la doctora Dulce María Sauri como nueva directora regional de esa institución: la mejor alumna, la del promedio más alto de este Centro, decía mientras un centenar de invitados aplaudíamos con entusiasmo… bueno, todos menos unos cuatro o cinco.

Los de las manos quietas, los que no aplaudieron, eran parte de los 17 investigadores e investigadoras que quedaban en ese momento bajo la dirección de Dulce María, no la querían y así lo hicieron saber por escrito al director general desde que se enteraron de su nombramiento: por vieja, de edad, y por priísta, así lo manifestaron.

A nuestro juicio nada que ver, ni una cosa ni la otra. Doña Dulce es recién graduada y en cuanto a su priismo, a los priistas se les ha acusado de todo, menos de tontos o ignorantes. Y la nueva directora es socióloga egresada de la Universidad Iberoamericana, y maestra y doctora en Historia, precisamente avalada por el propio Ciesas.

Ha sido diputada federal y senadora en el Congreso de la Unión, la primera mujer gobernadora del Estado, presidenta local y nacional de su partido, conferencista, analista político, editorialista de periódicos nacionales y locales, además de comentarista de radio y televisión. Obvio que a Escobar Latapí se le llenara la boca al anunciar a esta mujer como directora regional. ¿Otra con mejor perfil?

Dulce María es una profesional curtida en el mundo de la política, desde su nombramiento sabe y conoce por nombres, textos y personas a quienes no la querían como directora, mas a pesar de esa oposición aceptó el reto, aunque se metía en una pelea que no era suya y que en verdad no tenía por qué pelear. El móvil era el manejo del Ciesas local y ella tenía mucho que aportar y poco que recibir.

Tomó posesión y el repudio aumentó, ya no era por vieja y priista, sino porque carecía de un currículum en investigación. Cualquier país del mundo pondría los ojos en ella, tan sólo con leer su tesis de doctorado… bueno disponiendo de tiempo porque son dos volúmenes de 800 páginas cada uno con un cúmulo de información, resultado de acuciosa investigación sobre Yucatán.

Ante el ruido despertado por sus detractores, el director general Escobar guardó silencio; él es un caballero pero no de la mesa redonda, no de duelos. Ruido y silencio no se llevan, su mezcla podría extenderse y hacerle daño a la institución y Dulce María lo intuyó y valoró. ¿Por qué pelear una batalla que no era suya?.

 

Socióloga, historiadora y política leyó el presente, consultó el pasado y calculó el futuro, su rúbrica cayó sobre la renuncia, renunciaba a un puesto al que muchos le advertimos le quedaba chico; un puesto que algunos no entendieron y otros no supieron defender.

Nota escrita por

Manuel Triay

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