Sucedió lo que nunca pasa en las peleas de El Canelo, perdió.

Terence Crawford un peleador que viene de Nebraska Estados Unidos, nacido en 1987, fue el encargado de realizar algo que casi nadie ha logrado, hacer perder al que nunca pierde.

No es un peleador joven, tiene carrera, con casi 40 años, este sábado hizo ver a un Canelo sin saber qué hace. Canelo aplicó todo lo que su esquina le decía, pero el jab de Crawford nunca lo dejo pensar, el moreno se le metió a la mente del tapatío que por más que quería leer la pelea nunca la comprendió.

Ya es costumbre ver al peleador mexicano más exitoso de todos los tiempos subir al ring y que baje intacto, perfecto, inmaculado, antes durante y después, pero esta vez no fue igual. En frente tenía un pugilista que viene con hambre de reconocimiento, pero, sobre todo, con fe, quizás esa fue la combinación que hizo desesperar a Canelo y no los golpes.

El mexicano siendo muy su estilo hizo de todo, esa máquina de boxeo que funciona como reloj suizo, esta vez sus engranes se atoraron, fueron escasos los momentos en que Canelo se vio superior, pues la pelea en gran parte la dominó Crawford. Esto igual se veía reflejado en los puntajes que daba el juez de la transmisión, la cual se separaba hasta por tres puntos a favor del estadounidense.

Quizás no veíamos un Canelo tan aturdido desde que le dio su “baile” Floyd Mayweather Jr., aquella noche del 14 de septiembre de 2013, o cuando perdió por dedición unánime contra Dmitry Bivol, el 7 de mayo de 2022.

¡No dejes nada, vete con todo, no dejes pasar esas oportunidades, pégale abajo! Esas eran las recomendaciones en la esquina del tapatío, que sí las cumplió, pero no resultaron. Canelo perdió, pero no fue contra de cualquiera, fue con el campeón indiscutible en múltiples divisiones, siendo el primer boxeador masculino en lograrlo dos veces, dicen las estadísticas.

Crawford logró lo que no se veía hace años, ver perder al Canelo, arrebatándole cuatro títulos. Quizá el moreno ahora es el preferido de Dios, pues al terminar la hazaña solo dijo: “Esto no es coincidencia, es obra Dios, gracias a Dios”.